Nota - 25 noviembre 2000
O son muy buenos actores o se interpretan bien a sí
mismos en ese retrato de la marginalidad que presenta el programa de TV
"Okupas", una historia verídica tanto por los hechos en los que se
inspira como por la forma de llevarlos a la pantalla, con una estética
más cercana al cine y hablada en un lenguaje directo para el caso, sin
atenuantes.
Esa fue la hipótesis inicial de buena parte de los televidentes ante el
trabajo de los actores que forman parte de este hallazgo de la TV
argentina y en el canal estatal, un programa que todos los miércoles, a
las 23, entrega a la pantalla una porción de realidad en el formato de
ficción.
De la banda de los cuatro personajes que ocupan esa casa vieja del barrio de Congreso, La Nación
entrevistó a los dos protagonistas, el actor Rodrigo de la Serna y el
debutante Diego Alonso Gómez, dos candidatos a quedar encasillados en el
futuro por sus buenas interpretaciones de Ricardo y El Pollo.
En "Okupas", Ricardo (Rodrigo de la Serna) deja las comodidades de la
casa de su abuela ante la propuesta de su prima de cuidar -a cambio de
algo de plata y para él, de libertad- un caserón siempre habitado por
gente sin techo, y que ahora vuelven a ocupar él y sus amigos. Dejó de
estudiar medicina, no sabe muy bien qué hacer, aunque sí siente el deseo
irrefrenable de querer probar todo aquello que, antes, el control y la
corrección le impedían.
De heladerías y de castings
El Pollo (Diego Alonso Gómez), más familiarizado con la marginalidad, lo
protege como si fuera su hermano menor. Pero El Pollo pasa de todo.
Dejó las drogas, también la casa de su mamá, y en su deambular abandonó
también un lugar que compartía con otras personas en un departamento del
Docke (las viviendas del Fonavi, en Dock Sud) para irse a la "nueva
casa" de Ricardo y sus amigos, Chiqui, de profesiones varias (Franco
Tirri), y Walter, paseador de perros (Ariel Staltari). Diego llega a la
casa de Rodrigo, en Villa del Parque, con Chuninga, una perra negra que
apenas salta del auto se instala en medio de la entrevista. Enmarcada en
una piel bien morena, Diego -como El Pollo en la ficción- clava su
mirada como una estocada insensible; su voz cascada le da más aspereza a
ese carácter seco, serio pero no acartonado. Son las cinco de la tarde y
Rodrigo (casado con la actriz Erica Rivas y papá reciente) lo recibe
con un mate, medio dormido. Es que ambos terminaron de grabar "Okupas" a
las ocho de la mañana.
Cuando se bajan de la ficción, la relación entre Rodrigo y Diego se
invierte. El Pollo -como ya lo llaman por la calle a Diego Alonso Gómez,
que acaba de debutar como actor a los 28 años- siente un gran respeto
ante la experiencia de su compañero de trabajo. Es que Rodrigo de la
Serna, de 24, si bien se encuentra ante su primer protagónico, ya es una
cara conocida de la TV por sus participaciones en "Naranja y media",
"Campeones", "Calientes" y en esa otra perla de la TV que fue "Son o se
hacen".
Una de las premisas del director de "Okupas", el joven Bruno Stagnaro,
fue convocar a caras no muy conocidas, y hasta expresó su predilección
por personas que se interpretaran a sí mismas en esa ficción marginal a
la que iban a darle forma. "Yo creo que tiene que ver con esa tendencia
que se está dando en el cine y en la TV de mostrar las cosas tal cual
son, sin disfrazarlas -explica Rodrigo-. De todos modos, me hizo muy
bien saber que Bruno pensó en mí para este personaje, que es muy rico
desde la interpretación, que es serio, grave. Ya estaba acostumbrado a
hacer personajes más en j..., cómicos." Diego agrega: "Es un programa
raro de ver, que te cuenta una historia que puede estar sucediendo en la
esquina de tu casa. Creo que no se hubiera podido armar este proyecto
con un grupo de actores conocidos. Filmar en la calle es muy complicado,
incluso ya se nos hace difícil con Rodrigo, porque en medio de una
escena la gente lo saluda o lo para para decirle cosas..." "Esperá un
programa más y vas a ver cómo te saludan a vos...", le responde Rodrigo.
El descubrimiento de El Pollo llegó a través de un casting "durísimo",
según él recuerda, al que se presentaron "trescientas, cuatrocientas, no
sé cuántas personas. Y cuando quedamos dos, estuvimos casi un mes
haciendo prueba de cámaras". El otro en cuestión era Jorge Sesán, el
rubio de "Pizza, birra, faso", que se va a integrar al programa en los
próximos capítulos.
"Así que ahora estamos todos contentos. Pero era dificilísimo, porque
Rodrigo y los otros dos actores tenían que probar cada escena conmigo y
con Jorge. Y nosotros sabíamos que uno de los dos iba a quedar afuera."
Para poder hacer "Okupas", Diego Alonso Gómez dejó parte de su trabajo
en las dos heladerías que posee en Ramos Mejía. "Pero igual yo soy el
que levanta las persianas todas las mañanas, el que saca los bancos a la
vereda, prepara los helados... Atiendo y todo. Lo bueno del trabajo de
heladero, que dura siete meses al año, es que me deja tiempo para poder
estudiar cine (en la escuela de Eliseo Subiela) y de filmar cortos.
Incluso, ya filmé con un amigo un largometraje, "Natural". A veces,
también trabajo como técnico electrónico. Pero como actor nunca lo había
hecho."
Rodrigo de la Serna sabe ya en qué devienen las tiras de televisión
después de un tiempo de estar en pantalla. Que se estiran hasta la
eternidad, en cuyo transcurso todo es posible, hasta las historias más
inverosímiles. "Justamente, lo que también me interesó de la propuesta
de "Okupas" fue su duración: sólo once capítulos y listo, que no iba a
ser estirado ni tendríamos que apelar a otros recursos para hacer la
historia más atractiva. La historia de "Okupas" ya está escrita desde el
comienzo."
La escuela de la calle
Amante del cine, Diego rescata el tratamiento cinematográfico que se
realiza sobre "Okupas". "Generalmente, todo en TV se resuelve con un
plano, contraplano y a la bolsa. En "Okupas", como el equipo está
formado por gente de cine, cada escena no se termina en un planito
corto. Stagnaro está en todos los detalles, lo cual es también agotador.
Al principio, yo pensaba que hacer una pasada caminando iba a ser muy
fácil, pero no; hacemos diez pasadas, porque toda la imagen está muy
trabajada."
Los escenarios que más frecuentan los personajes de "Okupas" son el
frente de la casa en Congreso, los interiores de una casona en San
Fernando y en las torres del Docke y, por supuesto, la calle. "También
probamos una manera de filmar: a veces, desde una camioneta nos dejaban
en una esquina, ellos se iban, al rato nos llamaban por teléfono y nos
decían: "En cinco minutos pasamos, estén listos". Y pasaban con la
cámara y registraban la situación sin que nadie, en la calle, percibiera
que nos estaban filmando", cuenta Diego.
Antes de eso, para que los actores comenzaran a conectarse con el
ambiente de sus personajes, Bruno Stagnaro propuso unos ensayos bastante
particulares. "Salíamos a pedir monedas en la esquina de Corrientes y
Uruguay, en donde hay tres bancos -cuenta Rodrigo de la Serna-. Una vez
vino la policía, porque teníamos una cara de delincuentes... Es curioso,
cuando pedís en la calle nadie te mira mucho a los ojos. Pero un tipo
me preguntó: "¿Vos no sos de la televisión?" Y yo le dije: "La p..., ¿de
qué televisión me hablás? ¿Tenés o no tenés una moneda?" Un flaco llegó
a darme una de un peso... tal vez se sentiría muy culpable por algo."
Lorena García
La prueba del rating
Desde que impulsó su nuevo perfil, el Canal 7 no sólo comenzó a generar
rating desde su pantalla, sino que también creó dos nuevos productos
que, además de obtener buenos números a la hora del encendido, ya
entraron en esa curiosa e inestable categoría de "programa de culto". Si
el novedoso "Todo x 2 pesos" vivió sus semanas de gloria (hace tres
meses), cuando se erigió como el programa más visto del canal estatal,
hoy le toca el turno a "Okupas", también producido por Ideas del Sur, de
Marcelo Tinelli, que hace quince días alcanzó los 5 puntos (el
miércoles último hizo unos nada despreciables 4 puntos).
Este programa que dirige Bruno Stagnaro el próximo miércoles entregará
su capítulo sexto. Pero la curva ascendente del rating parece ser
inversamente proporcional al desenlace que tendrán las vidas de los
personajes de "Okupas". Hace quince días, el programa comenzó a
internarse en los infiernos, precisamente desde el capítulo "Mascapito"
(juego de palabras que en una escena del programa parte de la referencia
a "el más capo", y desde su diminutivo alude en lenguaje vulgar a lo
sexual. "Y, sí... el programa te deja mal. Y mi personaje va a empezar a
transitar estas cosas... Sí, va a ser triste", admite De la Serna. En
esa emisión, el personaje de Ricardo estuvo a punto de ser violado por
un grupo de marginales, tras lo cual El Pollo resultó herido. Esa escena
se filmó en el llamado Docke, de Avellaneda, con una crudeza en la
imagen, física y verbal, pocas veces presente en la TV argentina. "Para
esa escena que en pantalla dura unos cinco minutos estuvimos tres días
trabajando. Fue muy difícil conseguir ese clima", cuenta De la Serna.